Y dentro de mí una voz me dice:
ven conmigo a contemplar
cómo son las palabras por dentro,
a sentir el pulso de las cosas.
Y entonces piensas en aquellos
que amas y con los que has
convivido a lo largo de los años
y todavía no conoces,
-miradas fugitivas
pensamientos cerrados, quizá
sólo abiertos en momentos
fugaces o en la intensidad
del deseo.
Pero nunca adentro,
siempre junto al torrente
de silencios o de palabras;
siempre a punto y pendiente,
pero sin saber, sin saber.