En efecto, si bien su trayectoria empieza simbólicamente con el descubrimiento de Les fleurs du mal de Baudelaire a sus catorce años, en el 1936 (como indica el célebre inicio de su poema «In memoiram», esta trayectoria, coge un camino más académico. En el 1947, atraído por las matemáticas, inicia la carrera de ciencias exactas, al mismo tiempo que dedica también muchas horas a una pasión naciente por la pintura, el conocimiento de la cual le llevará a practicar la crítica artística durante la década de los cincuenta, des de la revista Laye. Más tarde, durante un lapso que duró menos de diez años, des de 1960 hasta 1968, salen a la luz sus tres libros de poesía que, posteriormente, le aseguraran un lugar eminente en los cánones de la lírica escrita en catalán ( Da nuces pueris , Menja't una cama [ Cómete una pierna ] y Teoria dels cossos [ Teoría de los cuerpos ). En este mismo periodo, sale también su compilación definitiva del volumen titulado Les dones i els dies [ Las mujeres y los días ]. El último tramo de su vida, hasta el 1972, (año en que el poeta se suicidó) Ferrater compagina la creación poética con la traducción (des de Kafka, a Gombrowicz y a Beckett) y también con la redacción de una importante cantidad de artículos de enciclopedia para un proyecto que al final no se terminó, pero que se ha conservado y se encuentra disponible en el volumen Escritores en tres lenguas . A sus trabajos en el campo de la crítica literaria, tanto escrita como practicada des de las tribunas académicas, entre 1968 y 1972, (donde se recogen títulos como Sobre literatura , La poesia de Carles Riba o Foix i el seu temps ) hay que añadir un vivo interés por la lingüística teórica, del cual dejan constancia sus escritos sobre cuestiones gramaticales que aparecen en el libro –publicado póstumamente- Sobre el llenguatge .
Toda la producción ensayística de Ferrater deja constancia de un valor intrínseco y de una remarcable sintonía con las corrientes de pensamiento más importantes de su tiempo (con la fenomenológica alemana, el estructuralismo o las teorías estético expresivas), pero es evidente que el verdadero centro de gravedad de su obra hay que buscarlo en los libros de poesía, aunque su excepcional continuidad teórica con las otras actividades intelectuales llega a formar un sistema sobre una misma concepción de lo que es real. Al fin i al cabo, la poesía de Ferrater esta hecha a partir de situaciones humanas con un sustrato cotidiano que no la hace ser menos conflictiva ni menos susceptible de ser juzgada moralmente. Además, es un intento por racionalizar la propia vida emotiva, para poner en orden las ideas, los sentimientos y las acciones por las cuales, la realidad –incluso la de «la vida moral de un hombre ordinario» divisa que se puede leer en Da nuces pueris –nos obliga a transitar.
Todos estos elementos son los que el yo poético conjuga siempre. Los proyecta sobre un episodio anecdótico, narrativamente expuesto a la mayoría de ocasiones que cobran valor simbólico cuando el poeta decide subrayarlos analógicamente, para el recurso de imágenes con enorme fuerza plástica y, que en función de la distancia que tengan con el centro temático del poema que presentan, explican en cada caso la variable dificultad de esta poesía. Se trata, como el propio Ferrater declara en la nota que clausuraba su primer libro, del «deseo de ver hasta donde podemos elevar la energía emotiva de nuestro lenguaje», en un esfuerzo que acaba ayudando tanto al poeta como al lector a descubrir las experiencias más profundas que, objetivadas y sometidas a una simbolización sugestiva y sensible, adquieren trazos si no universales, al menos genéricos.
Su poesía exhibe exactamente las mismas cualidades que a Ferrater le gustaba destacar en la literatura de los demás: la meta poética que representa Les dones i els dies [ Las mujeres y los días ] se revela a partes iguales como una evasión consciente de toda vaguedad i sentimentalismo y, a la vez, como una exigente mixtura de precisión, imaginación y expresividad.