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Ramona, adéu

Montserrat Roig
Ramona, adiós
Y me preguntó, buscas a alguien, y yo, a mi marido, que esta mañana me dijo que tenía que ir cerca del cine Coliseum, y él, no lo encontrarás, esto es un lío, no se entienden. Dicen que de las ruinas no paran de sacar despojos. Y me miró de la misma manera que la mujer despeinada que vivía dos casas más allá de la señora Comalada, my adentro, y me dijo, eres muy joven, tú. No lo crea, tengo veintinueve años y espero un niño. Cuando te he visto he pensado, fíjate qué muchacha tan poca cosa. Con la cara tan blanca, de papel de fumar. Y encima, preñada. Y me preguntó si vivía sola, y yo, sí, por ahora. ¿Qué quieres decir? Quiero decir que depende de mi marido, de si ha muerto o qué. Y tengo a mamá en Siurana, un pueblecito muy pequeño que está en la sierra de Prades, cerca de Reus. Y él, vaya, qué problemas, y qué pena que me encontrara así sola en medio de todo aquel follón. Y yo dije, eso. Y él refunfuñó en voz baja, la guerra, diantre, la guerra. Y qué asco. Y me dijo, yo he perdido el hijo en Jaca, un tiro en la cara, me lo dejaron sin rostro, desfigurado del todo. Y era el muchacho de mejor planta del barrio, del Pueblo Seco. Juerguista como ninguno. Trabajador y valiente como ninguno. Como ninguno, repetía el anciano. El diecinueve de julio fue a la plaza de Cataluña y llevaba unos pantalones recién estrenados, y regresó con los pantalones arrugados, sucios, llenos de desgarraduras, y mi mujer le dijo, de dónde vienes con esos pantalones, y yo le dije, déjalo, que tu hijo viene de hacer la revolución. Y le dejaron con la cara deshecha, y nos devolvieron el billetero con la documentación y nuestra fotografía, de los tres, que un día que fuimos al puerto y subimos a una golondrina y al final de la Rambla fuimos a un quiosco y nos tomamos unas tapas de aceitunas y de anchoas, el chico y yo con vino y la mujer con jarabe, y vino un hombre y nos dijo que nos haría una fotografía por una peseta y yo, pues trato hecho. Y todavía guardo la fotografía. Y me la enseñó, un poco rasgada. El muchacho estaba en medio, alto como un torreón, y apoyaba un brazo sobre el hombro del anciano, un poco más joven, y el otro sobre el de una mujer como un tapón y con ojos de ratita. Y la cara del chico era redonda, de mejillas henchidas y pelo muy rizado y parecía que eso de la fotografía le hiciera mucha gracia. Yo dije que sentía mucho que un muchacho tan bien plantado y tan juerguista se hubiera muerto en el frente, y no me atrevía a preguntarle que qué hacía en el hospital. Pero él enseguida me contó que había venido a ver si encontraba a un sobrino suyo, hijo de mi hermana viuda, está como loca, hijo único, imagínate. Y yo le digo, me dijo el viejo, mira, tú quédate en casa, que eso no es cosa de mujeres. El chico trabaja, o trabajaba, vete a saber, en un almacén de tejidos que había delante del cien Coliseum. Está de aprendiz. Y otra vez, la guerra, cuyo recuerdo nos va a durar toda la vida, toda la vida nos roerá por dentro, a nosotros y a nuestros hijos, y quién sabe si a nuestros nietos. Y ahora se llevan hasta a los jovencitos, y eso no hay manera de que se acabe. Y pasarán muchos años antes de que la gente de este país lo olvide. Porque nos han hecho mucho daño, y las penas se quedan muy adentro y no habrá alegría que las reblandezca. Y fingiremos que aquí no ha pasado nada, aquí paz y allá gloria, y todo el mundo volverá a la vida de siempre, pero un día, zas, estallará la cosa, y tal vez sea la generación que seguirá a la generación de los más jóvenes de ahora la que armará el barullo. Y los ojos húmedos del viejo parpadeaban como reflejos del arco iris.
Traducido por Joaquim Sempere
Montserrat Roig, Ramona, adiós. ROIG, Montserrat. Ramona, adiós. Traducció de Joaquim Sempere. Barcelona: Argos Vergara, 1980, p. 29 – 30.
Montserrat Roig
Comentarios sobre la obra
Tiempo de cerezas (1976)
por Núria Cabré
Ramona, adéu (1972)
por Neus Real
Fragmentos
El cant de la joventut
Català | Français | Italiano | Ivrit
Tiempo de cerezas
Català | Deutsch
La voz melodiosa
Català | Italiano | Português
L’hora violeta
Català | Deutsch
Ramona, adiós
Català
Reseñas
Deessa
por Núria Cabré
La obra periodística
por Núria Cabré
Bibliografía
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